Se que puedo parecer reticente y resultar más pesado que un abanico de tablones. Pero he decidido que esta página, desde hoy, va a intentar ser algo más que escaparate de mi propia obra y se va a dedicar a reivindicar a los realizadores altoaragones del período que cabalga entre los siglos XIX y XX que es el que me propuse investigar hace algunos años. Espero que a partir de septiembre pueda dedicarle algo más de tiempo. Pero la lectura del catálogo editado con motivo de la exposición que ocupa las salas del paraninfo de la Universidad de Zaragoza estas semanas me ha puesto de nuevo en el disparadero. Hoy toca poner sobre la mesa las pinturas de Félix Lafuente Tobeñas (Huesca 1865-1927)
Dicen que de las exposiciones lo que queda, al final son los catálogos. Por lo que me atreveré a comentar algún aspecto de la que alberga el paraninfo con el ambicioso título de Ideal de Aragón, regeneración e identidad en las artes plásticas (1898-1939) pese a que todavía no he tenido ocasión de disfrutarla. Si he podido hojear el catálogo y no he entendido demasiado bien el uso que el mismo hace del pintor oscense Félix Lafuente.
No puedo traer aquí el argumento –que ya comienza a resultar salmódico– de que , como siempre, quien no ha nacido o residido preferentemente en Zaragoza no cuenta con excesivo interés por parte del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza. En la exposición están Acín (con un evidente protagonismo que lo lleva incluso a la portada del catálogo), Félix Gazo y Félix Lafuente. Se podría decir que Huesca y el Alto Aragón están bien representados en el repaso a las artes plásticas del Aragón ideal de ese momento; de Lafuente se traen a la sección de La ciudad y su entorno dos piezas.
Pero sigo sin entender por qué se muestra en esa sección el original del cartel de la Exposición hispano francesa de 1908, conservado sin demasiado cuidado y no, por ejemplo, la colección de postales desde acuarelas que el oscense pintó para esa misma exposición internacional en las que los diferentes edificios que la compusieron son tratados con la certeza característica que le daba el dominio de esa técnica.
También aparece la vista del Casino pero existen muchos otros ejemplos en la pintura del oscense en los que el concepto de ciudad y entorno queda perfectamente descrito por los hábiles pinceles del maestro de Ramón Acín. Las imágenes creo que van a resultar más convincentes que cualquiera de mis palabras para reivindicar a Félix Lafuente Tobeñas como uno de los pintores aragoneses de ese momento.
