Esta mañana he pintado del natural una acuarela que tiene como tema el Somontano de Barbastro. Es un rincón de la vieja carretera. En el cuaderno de campo dibujé el tema desde el autobús que me llevaba a Huesca.
Fue un dibujo mucho más rápido que los que se derivaban de las poses de diez minutos con que nos enseñaban a abocetar en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona en los años setenta del pasado siglo. Tomé nota de los colores sobre el propio dibujo y, ya en el estudio los apliqué. Hoy he tenido delante el cuaderno y de él me he servido para la acuarela de mayor formato. Puedo decir que he pintado del natural, ¿no?.
No estoy en contra de utilizar la fotografía, ni mucho menos. No entiendo a quienes desprecian las piezas que parten de una reproducción fotográfica. Los pintores grandes y pequeños las han utilizado desde que se inventó el sistema. Pero personalmente me siento menos atado por un apunte previo tomado en la naturaleza que por una buena foto.
En esta ocasión he cambiado el capó por la mesa del comedor…