Añado dos comentarios que se habían traspapelado. El primero de la exposición de Montemuzo, en 2014, lleva la firma de Antón Castro en la página de Artes y Letras del Heraldo de Aragón el día 20 de febrero . El segundo que corresponde a la exposición Somontanos en la UNED de Barbastro los firma José Luis Pano en el Heraldo de Huesca del  martes 6 de septiembre de 2011.

ARTES. PINTURA Paisajes de Alvira Banzo Pinturas.

Fernando Alvira Banzo. Salas del palacio de Montemuzo. Ayto. de Zaragoza.

Hasta al 23 de febrero.

Fernando Alvira Banzo tiene muchos frentes abiertos y en todos parece sentirse cómodo. Disfruta, trabaja, pasa, reflexiona, imparte clases, dirige el Instituto de Estudios Altoaragoneses y, además, o más bien especialmente, pinta. Pinta y pinta. Pasea a pie o en coche, pasea con la imaginación y pinta y sueña. Uno de sus viejos sueños era aproximarse a Zaragoza de nuevo y hacerlo a lo grande, en un espacio tan bello e íntimo como el palacio de Montemuzo, que perdió otras estancia que aún lo hacía más especial o más acogedor. Fernando sabe de dónde viene, qué le gusta y qué pretende. Viene de entrada de los maestros impresionistas, se siente afín a muchos artistas del XIX, de su ciudad y de otros lugares, desde Félix Lafuente y Félix Gazo, León Abadías o Martín Coronas, a los que ha estudiado, pero también habría que citar a Ramón Acín, fascinado, como Alvira, por Granada y sus cármenes.

El pintor oscense también ha abrazado el expresionismo y a menudo le apasionan Matisse y Roualt, pongamos por caso. Esta exposición, presentada sin agobios recoge tres períodos de su quehacer, que cumple aquí 45 años. Hay una primera parte dedicada al mundo más refinado y florido de los jardines, donde destaca ese pórtico o entrada al parque de Huesca. Ese cuadro de trazo suelto, apuntillado con sutileza es quizás la gran obra de la muestra: próximo en ocasiones a Grau Santos, Alvira despliega un abanico de detalles, de rasgos, de luces, de intuiciones, de suavidades. Y todo ello le da al cuadro un aire romántico de bosquejo sutil y envolvente. A esa pequeña serie le sigue otra: los «Paisajes viajados». Ha contado Alvira que esos paisajes se le quedan fijados en la retina en sus viajes al Somontano o a Zaragoza. En cierto modo, esas obras, de formato alargafo, tiene algo de dietario visual, de crónica gráfica de un diálogo sigiloso con la naturaleza: con el viento, con la ondulación de los trigales, con el cambio de luz y de color de los campos.

Aquí Alvira se siente cómodo: mira y recuerda;, mira, interioriza los fuegos del espacio abierto y recuerda; recuerda y vierte el cromatismo, sus estados de ánimo, la vasta paleta de luces naturales. Alvira se acerca a los paisajistas de los siglos XIX y XX y concreta sus visiones y sus emociones en un espacio como la Hoya de Huesca. Si la pintura guarda semejanzas con la música, Alvira capta la sinfonía del paisaje a lo largo de las cuatro estaciones.

Soledad y magia de los Monegros

Para un pintor del paisaje Los Monegros son un desafío. Una tentación y una necesidad. Hay que pintarlos, hay que saber singularizar su extensión, sus arabescos, su soledad vencida y sus paradojas: el secano y el riego. Fernando Alvira lo hace con gusto, con intensidad y ese pulso constante de belleza y embeleso que persigue. He aquí una síntesis de muchos años de trabajo, de ver y revisitar una y otra vez un entorno infinito que parece no agotarse, ni agostarse, quizá, nunca. La pintura de paisaje es un género y en él el artista oscense se siente realizado como pintor, incluso cuando desarrolla su arte como jugo y como escenario y materia de la intimidad. Antón Castro

Los «Somontanos» de Alvira

El pintor Fernando Alvira ofrece una retrospectiva de su obra en la sala Goya de la UNED La muestra, que está compuesta por una treintena de cuadros, se podrá ver hasta el 14 de octubre.

Los Somontanos de Guara, Gratal, Barbastro o La Carrodilla son protagonistas de su pintura

BARBASTRO. El oscense Fernando Alvira Banzo (1947) muestra en la sala Francisco de Goya del centro de la UNED de Barbastro el paisaje cercano y lleno de contrastes de los somontanos de Huesca a través de una treintena de acuarelas y óleos sobre tela en las que el pintor encierra la profundidad y las sensaciones de estas zonas orográficas de bajo monte (de ahí su denominación). La exposoición «Somontanos» inaugurada el jueves y que podrá verse hasta el 14 de octubre, tiene un carácter retrospectivo ya que el autor ha incluido desde su primera obra, fechada en 1968, en la que se ve el castillo de Montearagón dominando el somontano de Guara, pasando por las plumillas denominadas «Rincones de Altoaragón» a su serie «Paisajes viajados» cuadros en grandes formatos cuyas imágenes habían sido captadas desde las ventanillas de los medios de locomoción en los que se desplazaba.

El director del centro de la UNED de Barbastro, Carlos Gómez, destacó «el privilegio que supone acoger esta exposición» que ofrecen como deleite de todos los barbastrenses y visitantes, con motivo del arranque de las fiestas mayores de la ciudad. La directora de arte de la UNED, María Jesús Buil, realtó la generosidad del artista por abrir u estudio para elegir los cuadros q»que ha pintado durante 50 años y que había guardado para sí mismo». Buil recalcó el interés de esta exposición puesto que en ella «se refleja la evolución de un artista que lleva muchos años pintando y que es un magnífico dibujante y un buen acuarelista, algo que es muy difícil de encontrar».

El artista tuvo claro el motivo de la exposición cuando se le ofreció mostrar su pintura en Barbastro «desde el principio tuve claro que la exposición se iba a llamar «Somontanos» porque es uno de los topónimos que aparece constantemente en mi pintura. Los somontanos de Gratal, de la Sierra de Guara o de Barbastro han estado presentes en mi pintura como tema, aunque los cuadros pudieran tener otros títulos, pero es el paraje que más cerca tengo y que más me interesa», explica. Alvira se define como «pintor de paisajes» y siente fascinación por sus parajes más cercanos como la Hoya o el Somontano de Barbastro que son campo de experimentación para su pintura.

La muestra ha abierto ventanas en la sala Goya a los campos primaverales de los somontanos de Berbegal, el del Pueyo de Barbastro, el de la Carrodilla, así como los campos de viñedos de Salas Altas y Bajas. José Luis Pano

somontanobarbastro