No aparece en el libro Huesca de la A a la Z, de Diario del Altoaragón como núcleo. Recurro al artículo de mi hermano Julio en su semanal cuaderno de viaje.

CUADERNO DE VIAJE

Sarratillo y la pila de los deseos

Julio ALVIRA BANZO

Hoy volvemos a tierras de Sobrarbe. Para llegar a nuestro destino de hoy podemos situarnos en Aínsa y tomar la carretera de Arcusa, actualmente en obras en uno de sus tramos. El mismo desvío señalizado que lleva a Santa María de Buil nos permitirá llegar a Sarratillo. Ganamos altura en los pocos más de tres kilómetros que nos separan de la citada carretera.

La primera vez que vi una imagen de esta localidad fue en el libro “Pueblos deshabitados del Alto Aragón”, escrito por Pedro Miguel Bernad y José Manuel Castellanos en 1983. Había tres imágenes: un cubierto de Casa Arán, una vista general y una imagen del conjunto de Casa Arán con la majestuosa Peña Montañesa al fondo.

Han pasado 30 años desde esa publicación y Sarratillo mantiene una buena imagen, en conjunto. De sus viviendas tradicionales hay una fuera de uso, pero el resto están en condiciones.

Por seguir con el citado libro como referencia en esta visita, vemos que “emplazado al pie de Santa María de Buil, el caserío de Sarratillo ha explotado la riqueza de la pequeña llanura desde siglos”. Sobre esto escribió Fernando Biarge en su libro “Sobrarbe. Letra menuda” (2009). Apuntaba que este territorio “es un paisaje hecho a retazos, de aspecto un tanto geométrico, más propio de otros lugares más al sur que de la misma sierra, donde aún se aprecian las parcelas ganadas al monte, rodeadas de vegetación. El lugar es grato”.

La principal novedad es que a las actividades económicas tradicionales se ha unido de un tiempo a esta parte el turismo rural, presente también en Sarratillo. Rutas senderistas y para BTT hacen que nuevas gentes transiten por sus caminos, con una orientación bien distinta a la que llevaba por estas veredas a los antiguos moradores de Sarratillo. Nos cruzamos con dos ciclistas que en animada conversación circulan por un camino entre las casas de Sarratillo

Nuestro paseo es caminando y, en cualquier caso, permite disfrutar de un buen catálogo de arquitectura popular. Son edificios que, según se explica en la página web del patrimonio aragonés www.sipca.es fueron levantados en el siglo XIX. Casa Juste y Casa Mur comparten espacio y protagonismo de sus chimeneas pirenaicas sobre el tejado. En el dintel del portalón de la primera luce la fecha 1898, aunque en la puerta de la casa el año grabado es 1826. En una ventana de la fachada en la segunda vivienda la fecha es 1800 y en su puerta, 1819. En la parte posterior de Casa Juste hay una “pila de los deseos”. Se trata de un gran recipiente labrado en una pieza de piedra. Está lleno de agua. No sé si los deseos estarán en el fondo.

De Casa Arán dicen Bernad y Castellanos que es una “poderosa casa solariega, probable evolución de una primitiva masada, rodeada de sus dependencias y emplazada en el centro de sus cultivos”. El tipo de hábitat en Sarratillo es este: viviendas aisladas, con todas las dependencias necesarias para su actividad agroganadera y el abastecimiento de sus necesidades.

Enfrente de la vivienda que hay sin ocupar, un arruinado edificio deja ver en su sótano un gran tonel de vino, entre las vigas de madera que se han desprendido de la planta superior. Una de sus lados, por lo menos, tiene la roca como pared. En este momento, la imaginación se acelera y plantea situaciones con estos edificios habitados y acogiendo la vida cotidiana de una familia.

No abandonamos la memoria. Por aquí estuvo el pireneísta francés Lucien Briet. Era el 20 de septiembre de 1908. Había visitado Santa María de Buil y su siguiente parada era Abizanda. “Dejamos a un lado Sarratillo –según se recoge en su libro “Soberbios Pirineos” (1990)-. Me volví un instante hacia la Peña Montañesa: es muy fácil de identificar el Cotiella, los picos de Añisclo, el Sastral y la cresta que conforma la frontera”. Un paisaje excepcional, sin duda. Es otro de los atractivos de la visita a Sarratillo.