553Sanmartín

 

El texto de hoy lo firma mi hermano Julio en su Cuaderno de viaje

CUADERNO DE VIAJE

De El Sas a San Martín, en el Alto Aragón más nororiental

Julio ALVIRA BANZO

El domingo pasado visitábamos la aldea de El Sas, en los antiguos términos del municipio de Cornudella, actualmente pertenecientes al de Arén. Nos habíamos situado en la N-230. Pasada esta última localidad en dirección al norte, hay un desvío que indica Cornudella. Lo tomamos. Estamos en la Ribagorza aragonesa más nororiental.

Tras pasar Ribera de Vall, con el asfalto dibujando una “S”, al llegar a un cruce, seguimos por el camino para llegar a El Sas. Hoy, para ir a San Martín, debemos tomar el que desciende a nuestra derecha, según estamos circulando. Unos buzones junto al cruce sirven como referencia.

Llegamos enseguida a una aldea que atesora entre su breve caserío una ermita románica que enlaza con un primitivo monasterio que allí hubo en los albores de la Ribagorza. Manuel Iglesias Costa, en su libro “Arquitectura Románica” (1988), relata que hay documentos, fechados entre los años 874 y el 971, que mencionan a una comunidad religiosa establecida en San Martín. Más tarde, sus propiedades pasaron al dominio del monasterio de Santa María de Alaón, en Sopeira.

¿Qué misión tuvo este convento? Carlos Barrull Perna, en un artículo sobre Arén y el valle de Soperún entre los siglos VIII y IX , publicado en el número 4 de la revista Ripacurtia (2006), explica que “dentro del monaquismo pirenaico que en este territorio organiza Alaón encontramos otros centros cenobíticos de menor importancia que organizan diversos valles”. Entre ellos cita “San Martín del Sas (874) para el Valle de Soperuny”.

La iglesia de San Martín es un pequeño edificio, con ábside semicircular orientado al Este, puerta de acceso al Sur y espadaña en el muro de los pies. Iglesia Costa escribe que “se trata en suma de una pequeña construcción popular y elemental en nada destacable, de no tener delante unos antecedentes históricos tan lejanos y unas técnicas parecidas a las más primitivas de cuantas llevamos aquí analizadas”. Entre ellas indicaba San Aventín de Bonansa o la iglesia de Obis

El paseo por San Martín nos permite conocer un curioso edificio, a modo de torre cuadrada de varias alturas. Tiene en su parte superior un palomar, con sus pequeñas ventanas triangulares. Está cerca de una casa de grandes dimensiones, arreglada. En un extremo del pueblo hay un pozo circular protegido por una caseta, cerca de una vivienda que luce en el tejado una chimenea circular, pero sin cubrir.

Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico, editado hace 160 años, explica que San Martín del Sas “está en el centro del término de Cornudella con quien confina por todos aires”, dispone de “buenas aguas potables”, siendo su iglesia, dedicada a San Martín, anejo de la parroquial de Soperún.

Metidos en arquitectura medieval, no es este templo el único que se construyó de su estilo, aunque solamente el de San Martín se conserva entero. En la revisión que Enrique Calvera y José Luis Acín realizaron, en 2004, de la obra “Arquitectura Románica” de Manuel Iglesias se incluyen dos referencias que pueden interesar al sector más románico del senderismo. Son sendas ruinas, de las ermitas de San Vicente de El Sas y San Juan de Bordons. El primero de los dos templos se levantó cerca de l’Hostalet y el segundo, cerca del camino que lleva de El Sas a Soperún. Ya hay otro motivo para regresar a tierras de Cornudella de Baliera.

Ahora seguimos en San Martín. Como hemos ganado altura tras un primer descenso en el desvío, disfrutamos también de excelentes panorámicas de este rincón ribagorzano. Un vecino llega con su todoterreno, me confirma que estoy en San Martín. El hábitat de este municipio siempre ha sido muy disperso.

En el Nomenclator de 1860 se listaban 30 masías en el municipio de Cornudella de Baliera, aparte de siete núcleos de mayor o menor entidad: Puymolar, Riveradavall, San Martín, Sas, Soperún, Suerri, Treserra e Iscles. Un estudio muy completo de la población y actividad de las gentes de Arén y su entorno se recoge en el libro de Ramón Tremosa i Palau “La demografía i l’economía de la clotada d’Areny (1900-1980)”, publicado por la Diputación de Huesca y la Mancomunidad de la Ribagorza Oriental en el año 1991. Las tierras de Cornudella son atractivas, pero la vida en el mundo rural es un duro pulso diario con el medio y la soledad… aunque a veces se agradece el silencio.