Seguimos en abril de 1982. Recuerdo que hice el dibujo, alguna fechas antes, sentado en el bordillo de la acera, en la calle que baja a la iglesia. Pasó por mi lado una mujer de cierta edad, con mantilla, que iba a la parroquial y, sin parar, comentó: Vaya! el Alvira Banzo. Dejé de dibujar para preguntarle cómo sabía quien era y me contestó, sin parar: Una es leida y hojea todos los días el Heraldo

153Lalueza