Casbas de Huesca es, junto con la capital, el espacio que cuenta con más de una inserción en el Heraldo, con varios dibujos a pluma de mi mano. Tenía (y tengo) una clara debilidad por ese núcleo de población. Tanto por el monasterio cuanto por algunas de las casas que componen el núcleo urbano: la de los Cereceda, de la que tracé mi primer grabado a punta seca, y la de los Rodrigo, serían dos buenos ejemplos.
El primero de los dibujos de Casbas se publicó en el periódico regional el 25 de enero de 1980. Han pasado 35 años, pero los sentimientos siguen siendo los mismos.