El primero de julio de 1980 se publicó el rincón nº. 31 en el Heraldo de Aragón.
Cuando les explicaba en clase a los estudiantes de Maestro que cada hora de dibujo del natural supone cuarenta minutos de mirar y veinte de hacer rayas, solía recordar este momento en el que ya estaba consolidado -más o menos- como dibujante del periódico regional en las páginas de Huesca. Con frecuencia comenzaba a dibujar demasiado deprisa, sin mirar lo suficiente… (era el dibujante del Heraldo!…) y el resultaba que tenía que darle la vuelta a la hoja de papel Taker (no daba la cosa para mayores lujos) y comenzar de nuevo.
Bastantes de los dibujos de ese momento llevan propina por el reverso… hasta que volví a tomar la medicina que he recomendado siempre a mis alumnos.
