El 18 de diciembre de este año se cumplirán 50 años de mi primera exposición individual en el pasillo que daba acceso al salón de plenos en el antiguo palacio de la Diputación de Huesca. Para celebrarlo he pensado varias exposiciones y comienzo con una de dibujos que toman como tema la serie de los desastres de la guerra de Goya. Que la muestra cuelgue en las paredes del Museo Nacional de Dibujo Julio Gavín- Castillo de Larrés me produce una satisfacción especial, sobre todo por el recuerdo de Julio.
Cuando me jubilé hace tres años me impuse realizar un dibujo diario, al menos, de la serie Rincones del Alto Aragón que, de momento está parada frente a esa pequeña empalizada que es el número 1.111 (en realidad son veinte menos ya que cometí el error de no llevar al día los ya ejecutados y repetí algunos a los que asigné un número evidentemente equivocado…)
También decidí que, dado que iba a tener tiempo (de pistón), intentaría trazar al menos una aguada diaria. Se trata, por descontado, de paliar las lagunas obligadas de la carrera de Bellas Artes; era entonces cuando debía de haber dibujado y pintado cada día, algo que lo no pude hacer por estar dando clases en el colegio de los Salesianos de la calle Rocafort de Barcelona a tiempo completo…
En clase de Historia del Arte, con Rafaael Santos Torroella, había comenzado a trabajar sobre los grabados de Goya y seguí haciéndolo, acabada la carrera, hasta la vuelta definitiva a Huesca, en 1976. Ese trabajo quedó truncado y fue otra de las obligaciones que me impuse cuando llegó el momento del júbilo, como penitencia por mis faltas (a las clases de la Escuela Superior de Bellas Artes San Jorge que es como se llamaba entonces la actual Facultat Sant Jordi) .
Algunos de los dibujos de entonces y otros de los que he trazado estos últimos meses son los que van a componer esta primera exposición celebración del 50 aniversario de la primera individual. Han sido 50 años de dibujo y pintura sin excesivas ambiciones pero sin reblar, que dirían los futboleros. Con frecuencia he comentado a los estudiantes en el aula que para que en una ciudad como Huesca salga un Saura, hace falta que haya muchos alvirabanzos currando sin parar. Además soy de los convencidos de que la parte material de las obras de arte, la cocina, es fundamental y debe de ser cuidada. Y a ello me he dedicado siempre que he podido.
La exposición en Larrés se inaugura el día 3 de agosto, viernes, a las siete y media y me ha pedido Gavín que realice una pieza en el espacio expositivo. Bueno, no está mal un poco de espectáculo. Lo haré con el tema de uno de los grabados que más me ha sugerido en estos últimos meses: el que lleva por título, si no recuerdo mal, las camas de la muerte.