Y esta vez sí, desde el recuerdo de una de las pinturas de Doré, al que descubrí como acuarelista en el espacio pirenaico de Graus, en una hermosa exposición. El Doré dibujante ya me había impresionado la primera vez que leí El Quijote, en los años de bachillerato en Gerona, con sus ilustraciones.

GabarnieDore