Uno de los dibujos más antiguos de la serie que he retomado sobre Los desastres de la guerra, es esta plumilla firmada en 1978, tomada de la estampa número 5 «Y son fieras». En realidad es algo más antigua en el tiempo, como unos cinco años, cuando usaba tinta sepia para las plumillas, como parte del trabajo emprendido en clase de Historia del Arte con Rafael Santos Torroella. Dibujos que tenían como tema algún elemento de los grabados con los que el genio de Fuendetodos dejó constancia perpetua de la imbecilidad que supone la guerra; cualquier guerra. No creo que Goya actuara como notario de unos determinado acontecimientos por más que algunos de ellos tuvieran como escenario enclaves muy próximos a su residencia. Lo hacía como testigo de un estúpido comportamiento universal en el espacio y en el tiempo que ahora mismo nos sigue dejando sin palabras en tantas partes del mundo.
No sé si estará en la exposición, pero está en la serie.